La evolución de los uniformes escolares en la historia
Los uniformes escolares son muy utilizados en ciertos colegios de diversas características, pero ¿sabemos realmente de dónde vienen los uniformes escolares? ¿Cuándo se crearon y dónde reside su origen? El uniforme escolar, también conocido como delantal o guardapolvo (en otros países, lenguas o culturas) es la indumentaria por excelencia de algunos centros educativos que han establecido su uso como obligatorio. Según la región en la que se esté, los uniformes serán de un estilo u otro. Por ejemplo, los uniformes rusos tienen ciertas características concretas; en cambio los uniformes japoneses o chilenos, son completamente diferentes entre sí, respondiendo a ciertas necesidades que se dan en cada uno de los países, acordes con su cultura, política y valores.
El origen de estas prendas tan particulares se remonta a los centros educativos encabezados por órdenes religiosas católicas específicas. Los dirigentes de estas órdenes tomaron la decisión de crear una única indumentaria para todos los alumnos, para así fomentar la humildad en ellos, y anular el posible sentimiento de envidia o celos. De esta forma se evitaban las distinciones entre los niños, ya sea por la variedad, color o calidad de sus uniformes, que reflejaban la economía de sus familias. Otro de los objetivos era hacer más económica la adquisición de los uniformes escolares pues eran prendas de ropa que se mantenían a muy bajo coste y duraban mucho en el tiempo. Las mochilas eran reglamentarias y cumplían con ciertas normas; eran más como carteras propiamente que como las mochilas que conocemos actualmente.
Las características generales de los uniformes fueron diseñadas por estas órdenes religiosas, y se basaban en ciertos patrones, como por ejemplo, las faldas tenían que ir por debajo de las rodillas o, al menos, a la misma altura. Los pantalones en los niños variaban según la edad, cortos o largos, acompañados de polos lisos blancos y prendas de punto que simulaban la función de un jersey de pico. Las chicas, sin embargo, debían llevar una chaqueta abotonada. Antiguamente, el uniforme escolar iba acompañado de un tocado que bien podía ser un sombrero o una gorra, tanto para niños como niñas. La variedad de los niños por aquel entonces residía en sus zapatos y en el abrigo que cubría su cuerpo ante el frío. Por lo demás, todos compartían similitudes textiles.
En otras ocasiones, el uniforme escolar también llevaba implícita una necesidad deportiva, por lo que se desarrollaron otros uniformes exclusivamente deportivos, también enmarcados en los límites de uniformidad y valores identificativos propios de cada colegio o centro escolar. Actualmente, el uniforme escolar sigue vigente pero la libertad para modificarlo es mayor, no es tan rígido. Los centros privados con niveles de enseñanza obligatoria suelen mantener esta costumbre de tener uniformes. En cambio, los nuevos tiempos han provocado protestas con respecto a esta costumbre, pues los adolescentes buscan una mayor personalización propia de su edad, siguiendo la moda y sus gustos personales. Los leotardos, tan comunes en estos uniformes, no han pasado de moda y aún están presentes en los armarios de las más jovencitas.
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